En el suave abrazo del silencio, nuestras almas encuentran el espacio para respirar, sanar, crecer y meditar
SOY UNA CITA CON TU CORAZÒN
Create Your First Project
Start adding your projects to your portfolio. Click on "Manage Projects" to get started
Medianto con Ancianos de un Asilo
Acilo de ancianos
Meditando con unos hermosos viejitos
2021
2021
"Palabras que se Quedan Cortas: Mi Experiencia de Meditar con los Ancianos en un Asilo
Hoy, quiero compartir una experiencia que ha dejado una huella profunda en mi corazón, una experiencia que me ha dejado sin palabras. Es la historia de cómo meditar con los ancianos y asistentes de un asilo me conectó con la belleza de la humanidad y la profundidad de la conexión humana.
Entrar en el asilo, me llenó de un cúmulo de emociones. Los años de vida y las historias que cada rostro anciano portaba eran como tesoros escondidos, esperando ser compartidos. Decidí llevar la meditación a este espacio, donde las arrugas en la piel eran testigos de los altibajos de la vida.
La primera vez que nos sentamos juntos para meditar, no sabía qué esperar. Cerramos los ojos, respiramos profundamente y, en medio de ese silencio compartido, algo extraordinario sucedió. Pude sentir la energía y la sabiduría acumulada de aquellos que habían vivido vidas largas y llenas.
A medida que practicábamos la meditación, sentí una profunda conexión con el presente. Las preocupaciones diarias, las prisas y el ajetreo desaparecieron. En ese momento, solo existíamos nosotros y la calma que creamos juntos.
Pero lo que me conmovió aún más fue cómo la meditación tocó a los ancianos. A pesar de las limitaciones físicas y los desafíos de la edad, vi cómo encontraban la paz interior y la serenidad en el momento presente. Las líneas en sus rostros parecían suavizarse, y sus expresiones reflejaban un estado de profunda quietud.
En cada sesión, experimentamos juntos una especie de magia. Una magia que no necesitaba palabras para expresarse, una conexión que trascendía el tiempo y las circunstancias. Las sonrisas, los suspiros y la calma que se apoderaba de la habitación después de meditar, decían más de lo que las palabras jamás podrían.
Hoy, cuando pienso en esas experiencias, me doy cuenta de que las palabras a menudo no son suficientes para transmitir la profundidad de la emoción que sentí. Meditar con los ancianos en el asilo fue un recordatorio poderoso de la humanidad compartida, de cómo la meditación puede romper barreras y unirnos en un espacio de calma y comprensión.
Esta historia es un homenaje a la sabiduría y la dignidad que reside en los corazones de los ancianos. Y es un testimonio del regalo que es la meditación, capaz de llevarnos más allá de las palabras y hacia una experiencia compartida que trasciende lo ordinario.